Una investigación codirigida por el grupo del Dr. Javier Rojo en el Instituto de Investigaciones Químicas (IIQ), centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de la Universidad de Sevilla, ha desarrollado una metodología para sintetizar glicodendrinanopartículas utilizando la estructura proteica de un virus bacteriano inocuo, el Bacteriófago Qb, modificada en su superficie con los mismos azúcares que presentan también en su envoltura externa virus como el Ébola y el VIH. Estas partículas, al ser reconocidas por los receptores de dichos agentes infecciosos, impiden el desarrollo de la infección. La investigación ha sido fruto de la colaboración con el grupo del Profesor Ben Davis de la Universidad de Oxford (Reino Unido) y del Dr. Rafael Delgado del Hospital 12 de Octubre de Madrid en el marco del proyecto CARMUSYS, Red Europea del 7º Programa Marco de la Unión Europea que coordina Javier Rojo.
El estudio, publicado en la revista Nature Communications, ha logrado conjugar 180 copias de un glicodendrón con nueve unidades de manosa de forma controlada sobre la superficie de esta nanopartícula. El resultado es una glicodendrinanopartícula que presenta 1.620 copias de manosa en su superficie. Este resultado pone de relieve el potencial de la metodología desarrollada en el laboratorio del Dr. Rojo en el IIQ para preparar glicodendrones de azúcares y poderlos conjugar con cualquier tipo de estructura convenientemente funcionalizada, en este caso particular, la nanopartícula viral Qb.
Según el investigador del IIQ, Javier Rojo, “se trata de la partícula que presenta el mayor número de copias del azúcar manosa descrito hasta la fecha, cuya estructura y composición química están perfectamente definidas”.
El tipo de azúcar, el número de unidades del mismo y su disposición espacial en la superficie de los patógenos son elementos fundamentales en su actividad infectiva. Dichas características les permitirán ser reconocidos por sus receptores específicos en células diana para dar lugar a procesos infecciosos.
La glicodendrinanopartícula desarrollada en esta investigación es capaz de interactuar de forma efectiva con un receptor involucrado en infecciones causadas por virus como el VIH, Ébola y SARS (síndrome respiratorio agudo severo), entre otros patógenos. Rojo explica: “En un modelo de infección celular, hemos comprobado que nuestra molécula es capaz de inhibir la infección causada por un modelo artificial de virus del Ébola”.
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