Lo invisible a nuestros ojos también existe. Resulta difícil imaginar un mundo compuesto por partículas que no suponen más que unas pocas mil millonésimas partes de un metro, partículas que nos rodean día a día, pero que pasan desapercibidas ante la mirada. En esa reducida dimensión, en una escala mínima o "nanoscópica", trabajan numerosos científicos que intentan descifrar y modificar las propiedades de los materiales. En nuestro entorno cotidiano, estas investigaciones no suelen apreciarse o valorarse lo suficiente. Sin embargo, dichos estudios tienen una notable repercusión para los ciudadanos, ya que permiten el progreso de múltiples elementos que están a nuestro alcance. No en vano, el análisis de los nanomateriales se aplica al almacenamiento, la producción y la conversión de las energías sostenibles; se utiliza para mejorar las prestaciones de las cabezas lectoras de los ordenadores; sirve para desarrollar sensores biológicos y materiales fotónicos; o bien, ayuda a incrementar la resistencia de la cerámica sometida a altas temperaturas.
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Un grupo del IIQ participa en el seno la red ARADyAL en el desarrollo de un compuesto que protege e induce tolerancia frente a la alergia al melocotón.
Los ganadores ex aequo son Dongling Geng (ICMS) y José Alberto Carmona (IIQ)
Entre otros méritos, se le concede por su aportación continuada al premio de investigación cicCartuja.
Se trata de un premio anual internacional para premiar a científicos con un futuro prometedor.